El 3 de agosto de 1816, en la tranquila plaza de la villa de Zipaquirá, seis valientes patriotas colombianos enfrentaron su destino. Sus brazos atados a la espalda, caminaron con dignidad hacia el lugar donde serían fusilados. Estos hombres, conocidos como los mártires zipaquireños, se habían convertido en símbolos de la resistencia contra la opresión y la tiranía.
Los Seis Héroes
- Agustín Zapata: Nacido en Zipaquirá en 1764, Agustín ejerció el oficio de tinterillo y fue alcalde del municipio. Desde julio de 1810, fue protagonista de los primeros actos rebeldes en Zipaquirá. Su participación en la Revolución lo llevó a ser destituido de su cargo, pero su compromiso con la causa nunca flaqueó. Fue fusilado por traidor al Rey, su cabeza expuesta en la horca como advertencia.
- Luis Sarache: Aunque nacido en Tabio, Luis es considerado oriundo de Zipaquirá. Residió en nuestra ciudad y se unió al movimiento independentista. Su valentía y determinación lo llevaron a enfrentar al Pacificador Morillo. Como los demás mártires, caminó hacia su destino con la frente en alto.
- Luis Gómez: Otro hijo de Zipaquirá, Luis Gómez también se sumó a la lucha. Su amor por la libertad lo impulsó a enfrentar la muerte con coraje. Su sacrificio no fue en vano; su memoria vive en cada piedra de nuestra plaza.
- José María Riaño: Su nombre resuena en los pasillos de la historia. José María fue parte activa del movimiento político y uno de los acusados por el motín de 1811. Su espíritu rebelde y su amor por la patria lo llevaron a la plaza de Zipaquirá aquel fatídico día.
- Francisco Carate: Su nombre evoca la valentía y la lealtad. Francisco, como sus compañeros, enfrentó la muerte con honor. Su legado perdura en las calles que recorremos y en la brisa que acaricia nuestra ciudad.
- Juan Nepomuceno Quiguarana: El último de los seis mártires, Juan Nepomuceno, también dejó su huella en la historia. Su sacrificio nos recuerda que la libertad tiene un precio, y él lo pagó con su vida.
El Legado de los Mártirez
Conmemoramos el Día de los Mártires con actos culturales y académicos. Sus cenizas descansan en la Catedral de la Santísima Trinidad y San Antonio de Padua. Su sacrificio nos inspira a seguir luchando por la justicia y la libertad. Que esta historia, con las fotografías de nuestros estudiantes en marcha, sea un tributo a su memoria y un recordatorio de que la valentía y la pasión pueden cambiar el curso de la historia.